Benito Céspedes es un investigador privado que sobrevive en la Barcelona actual a fuerza de hacer trabajos de poca monta: principalmente, husmear en asuntos de adulterio. Abstemio, no fumador y poco amigo de la violencia (y con un extraordinario sentido del humor), Céspedes discurre por la profesión de detective sin pretender llamar mucho la atención... hasta que, de pronto, un salvaje asesinato que incumbe a los peores elementos de la ciudad le obliga a incursionarse en un terreno que nunca hubiera sospechado.
Narrada con un estilo agilísimo y, sobre todo, con unos diálogos especialmente brillantes y un humor magnífico, "Un caniche blanco muerto" es una novedosa revisión del viejo mito del detective privado. Se trata de contemplar un oficio tan literario a ras de tierra, en medio del trasiego cotidiano que si bien hace descender la épica varios grados, confiere a la narración un verismo y una veracidad que justifica cada página. La pequeña odisea de Benito Céspedes por conseguir secretaria, entenderse con su socio, investigar en un campo de chumberas... es un soplo de aire fresco sobre los clichés de la novela negra y, sobre todo, da pie a una obra muy divertida y, cómo no, una obra que mantiene la tensión.