El destacado -y malogrado- filósofo español José Manzana Martínez de Marañón saludó la aparición de esta obra -en 1963- con una elogiosa recesión (Scriptorium Victoriense 13, 1966, 238). Queremos destacar -escribe- el profundo agradecimiento que debemos al autor cuantos nos esforzamos por lograr un adecuado método de acceso a lo auténticamente espiritual. Este agradecimiento se extiende no sólo a la brillante labor de análisis de los intentos realizados en este sentido por el pensamiento contemporáneo, sino también a la clarificación de categorías decisivas, como "lo superobjetivo" -eminentemente objetivo. En sentido de real- y la "intuición intelectual inmediata-indirecta". Ello hará posible una auténtica crítica del objetivismo.
Esta obra abrió unas fecundas perspectivas, que inspiraron la copiosa producción del Prof. López Quintás.