A menudo, Sherlock Holmes y yo estuvimos tan desbordados de trabajo que muchos de nuestros casos se quedaron sin publicar y nunca nadie supo de ellos. Ha llegado la hora de sacarlos a la luz y el primero que me ha venido a la mente fue el de la muerte de Martha Beresp, una joven de apenas quince años, a quien Scotland Yard encontró en Hyde Park una fría y lluviosa mañana de enero de 1890.
Dedicado a Marta Berges Espinosa.