El camino del Tao nos lleva serpenteando por temas como la utilidad de los chistes para provocar una mayor conciencia, el papel del propio condicionamiento en la creación de prejuicios y las estrategias inconscientes que todos adoptamos y que nos cierran a la vitalidad y el cambio que impregnan la existencia. Entre los interrogadores hay un sacerdote que cuestiona la afirmación de que las religiones han creado la represión sexual, y un visitante que quiere saber si debería convertirse en discípulo.