Campuzano, el personaje principal de El coloquio de los perros. Ignora que su amada doña Estefanía, le ha contagiado una enfermedad venérea de graves efectos físicos y psicológicos.
Durante su estancia en el hospital será cuando escuche los coloquios de los perros, que por inverosímiles, causarán gran impresión en la vida del personaje. No dejará de escribirlos, maravillándose de lo sabio de los diálogos, propios de eruditos más que de animales.
Confiesa sus imaginaciones a su amigo el licenciado Peralta. Este, sin dejar de mostrarnos su jocosidad ante tal asunto, accede a leer el coloquio con la condición de que Campuzano deje de intentar convencerle de lo verídico del caso.
El protagonista, está convencido de que su vida ha sido una vida de perros. Se identificará metafóricamente con el perro Berganza, que será escuchado por el perro Cipión, su amigo Peralta.
La metáfora de este relato está en la representación del perro como animal fiel y leal. Así es la actitud de Campuzano para con la vida, recompensada con ingratitud y a veces con crueldad. En El coloquio de los perros Miguel de Cervantes Saavedra llega a cuestionar si existe diferencia entre la irracionalidad animal y la racionalidad humana.