«En este cuadro los ojos los cubrían mis manos. Mi cuerpo era una incógnita, yo había desaparecido, me desintegraba. Mis manos en la forma de unos binoculares dejaban un espacio para mis ojos ausentes que, sugeridos, buscaban respuestas: "¿Hacia dónde voy, hacia dónde vamos todos? Dígame alguien, cualquiera que sea su respuesta, no importa, solo necesito que alguien me responda algo ya mismo". No había vuelto a pintar en acrílico desde que estaba en la isla. Era hora de lidiar otra vez con una pintura que secara rápido, que no me diera tiempo para dudar o arrepentirme, ni cuestionar lo que estaba haciendo».
Entre Cuba, Argentina y Estados Unidos, ambientada a fines de la década del noventa y principios de los años 2000, esta novela narra el viaje de una joven artista plástica cubana en su búsqueda de reconocimiento personal y profesional. Así, decidida a no quedarse en la insatisfacción y con el sentimiento de no encajar en el movimiento artístico cubano de su época, acepta la invitación de un profesor argentino para instalarse durante un tiempo en Buenos Aires. La terquedad de las cenizas narra con fluidez y describe con precisión las peripecias internas de hallar una identidad artística, en el marco de un escenario político complejo que incluye el estallido social del 2001 en Argentina. Una historia sobre el arte, la vida, el destino y la importancia de atravesar distintos tipos de fronteras para cumplir deseos profundos de realización.