En 1920, el monje dominicano Sertillanges escribió "La Vida Intelectual: Su espíritu, sus condiciones, sus métodos", una obra maestra que proponía abordar los Dieciséis Preceptos de Santo Tomás, pero que adquirió una forma práctica para la preparación durante y después del estudio. La Vida Intelectual va más allá de las meras observaciones sobre los estudios. Son métodos completamente perdurables y fundamentales para el desarrollo humano como ser dotado de inteligencia. Elogiada por intelectuales, críticos y periodistas especializados, el éxito duradero de "La Vida Intelectual" es la prueba máxima de su valor.