En este ensayo trataremos, en general, de usar la expresión publicidad oficial o publicidad del Estado y no la de propaganda que es la que infortunadamente emplea el párrafo octavo del artículo 134 constitucional. La palabra propaganda tiene connotaciones negativas, es propia de regímenes no democráticos, y consiste en presentar informaciones, ideas o posiciones que son respaldadas con una argumentación exclusivamente a favor del emisor, sin que éste formule puntos de vista contrarios y alternativos. La propaganda carece de mínimos criterios de veracidad y de objetividad, por eso, las comunicaciones propagandísticas repetidas continuamente buscan transformar ideológicamente los mensajes en verdaderos, aunque no exista en los enunciados fidelidad alguna con la verdad.