La originalidad de este libro de Josep Maria Esquirol consiste en haber definido un camino filosófico, un método, una manera de orientar el pensamiento y de trazar un posible itinerario de vida reflexiva, en un mundo dominado por la desorientación, y por el reduccionismo derivado de la ideología tecnocientífica.
Resulta muy revelador darse cuenta de que la mirada atenta es la esencia del respeto y, por tanto, de que el método de penetración filosófica es, a la vez, una ética, que cabe llamar ética de la mirada atenta o ética del respeto. Una ética, es decir, una manera de relacionarse con los demás y de habitar el mundo, en cuyo seno cobran todo su sentido palabras como proximidad, cuidado, finitud, humildad...
El rigor filosófico con el que se ha escrito esta obra en ningún momento da a la propuesta un aspecto elitista o academicista. Muy al contrario, está abierta a todo el mundo porque, en realidad, ella misma está ya inspirada en esa buena gente que tantas veces, desde la sencillez, da ejemplo de madurez y de sabiduría.