El dios Dioniso ha adoptado forma humana para desplazarse a Tebas, su ciudad natal, donde existe una fuerte oposición a rendirle culto. Ha arrastrado a un grupo de mujeres a seguirle incondicionalmente, pero el rey Penteo está dispuesto a acabar con ello. Sin embargo, Dioniso, ambiguo y contradictorio, no es como los demás dioses.
Eurípides (480 a. C. ? 406 a. C.) escribió esta compleja y poliédrica obra al final de su vida, cuando, decepcionado por las consecuencias que la Guerra del Peloponeso estaba acarreando a Atenas, se mudó a Macedonia. El resultado es una tragedia que solo se representó póstumamente y que, gracias al carácter de Dioniso, plantea un enconado debate entre la ley humana y el culto religioso, entre el orden racional y el irracional, entre la autoridad civilizada y el desenfreno orgiástico.
«Eurípides se revela como el más trágico de los poetas». Aristóteles
Sabemos poco de la vida de Apuleyo. Nacido en Madauros, en el norte de África, hacia el año 125 d. C., desconocemos su nombre completo y dónde murió. Sí que podemos deducir que tuvo una vida acomodada gracias a su padre y a un matrimonio ventajoso, que le permitió viajar y tener una buena formación retórica y filosófica. Pero, sobre todo, de lo que no hay duda es de que se trata del mayor fabulador latino del siglo II gracias a su única novela.
La Metamorfosis, más popularmente conocida como El asno de oro, narra las aventuras de un joven incauto que, tras ser convertido en burro por una bruja, va pasando de un amo a otro. Su estructura episódica, su intencionalidad satírica y su riqueza temática y expresiva la convierten en una de las muestras más sobresalientes del género novelesco en la Antigüedad.
«Apuleyo es uno de los escritores más personales, brillantes e inquietos del siglo II latino. El asno de oro provoca la avidez del lector, quien acompaña ese laberíntico peregrinar de Lucio, el asno, con ansioso interés en su excelente ritmo narrativo». Carlos García Gual