Con este libro, de simbólico título Entre Quevedo y Gracián, se pretende ofrecer una visión sintética de diversos datos literarios, ideológicos e históricos que marcaron significativamente la primera mitad del siglo XVII, dentro de lo que se podría denominar el tiempo de Quevedo como punto de referencia, aunque no sea el único. La amplitud y variedad de la obra de Francisco de Quevedo, siempre atento a cuanto ocurría en su época, proporciona una perspectiva excepcional para abordar hechos culturales de lo más diverso.
Precisamente por eso, está divido en cuatro secciones. La primera, a partir de una visión muy ceñida a los textos, se extiende en consideraciones sobre caligrafía, puntuación, censura, crítica textual y variantes del autor. La segunda se adentra en hechos tan destacados como el ateísmo, la doctrina de Maquiavelo y el papel del conde-duque de Olivares, y se cierra todo con una reconsideración del llamado «Quevedo reaccionario». La tercera parte, dedicada a la narrativa, plantea la cuestión, en parte teórica, de la naturaleza de lo que hoy se entiende por novela, género o modalidad dentro de la cual tiene el Buscón un papel destacado. Por fin, la cuarta y última versa sobre el amplio y heterogéneo fenómeno del conceptismo, del que se examinan sus logros y sus contradicciones, tomando como punto de referencia a Góngora y Gracián.
En suma, un ensayo «global», en la acepción más moderna del género, sobre la obra de Quevedo y sus contemporáneos. Algo que sólo el experto en la materia Alfonso Rey, catedrático de Filología, podía llevar a cabo.