La voz de Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz, resuena con más fuerza en tiempos de individualismo extremo, discursos de odio y violencia. En diálogo con el escritor y psicólogo Pablo Melicchio, despliega su legado de compromiso con la ética, reflexiones que pretenden sanar, brindar paz y defender la memoria para ser humanos.
Adolfo nació en una familia pobre y su madre murió cuando tenía solo dos años. Se crió en un asilo de huérfanos y tuvo que vender diarios en la calle. Trabajó en parroquias y en barrios, donde se interesó por la situación de los oprimidos y los marginados. En 1976 fundó el Servicio de Paz y Justicia (SERPAJ), para colaborar con las comunidades indígenas y las personas en situación de vulnerabilidad. Secuestrado por la dictadura militar, fue torturado y llevado a los vuelos de la muerte, pero se salvó gracias a los reclamos de los organismos internacionales. En 1980, en plena dictadura, recibió el Premio Nobel de la Paz por su trabajo en contra de las violaciones a los derechos humanos.
Este libro es el resultado de varios encuentros entre Pablo Melicchio y Adolfo Pérez Esquivel en su casa y atelier. Como señala el autor, en los libros es posible encontrar la medicina literaria para un mundo en crisis. Y es por eso que Adolfo reflexiona sobre la tiranía de los medios de comunicación, el capitalismo salvaje, la ansiedad exacerbada, la necesidad del equilibrio social sobre el desarrollo per se y, en especial, la búsqueda de la paz y la no violencia. Porque la humanidad tiene que recuperar la esperanza, pero una esperanza activa, basada en la espiritualidad, más allá de las religiones, uniendo energías para ser cada vez más humanos.