Una leyenda caeri?a en el tipismo del narco y el agente de aduanas, narco rebelde que se juega la vida en la mar y luego reparte en el barrio su dinero legi?timo, y al cabo seri?a una mentira tan infamante como la del noticiero, porque el hachi?s no es ninguna clase de heroi?smo, no es la socializacio?n de la plusvali?a sino el chaval que falta a clase, la deuda que se acaba cobrando y cinco an?os de prisio?n; y el tedio de una man?ana de mie?rcoles, la piedrecita fija en el bolsillo para cuando suene el timbre, como una campanita celeste.
Guti, Mauri, Aurora, Alberto, Bento, Valme, Aldo, Regla, Nico y muchos otros forman la tercera clase. Hijos y vi?ctimas del lugar que formo? sus caracteres, del suelo que pisan y que acaba llenando sus cabezas de ideas, que desembocan en decisiones que borran la palabra «futuro» de su vocabulario. En esta novela coral, Pablo Gutie?rrez ajusta cuentas con el mito del narco y construye una historia magne?tica y necesaria en la narrativa de este pai?s.
Una leyenda caeri¿a en el tipismo del narco y el agente de aduanas, narco rebelde que se juega la vida en la mar y luego reparte en el barrio su dinero legi¿timo, y al cabo seri¿a una mentira tan infamante como la del noticiero, porque el hachi¿s no es ninguna clase de heroi¿smo, no es la socializaciön de la plusvali¿a sino el chaval que falta a clase, la deuda que se acaba cobrando y cinco an~os de prisiön; y el tedio de una man~ana de mie¿rcoles, la piedrecita fija en el bolsillo para cuando suene el timbre, como una campanita celeste.
Guti, Mauri, Aurora, Alberto, Bento, Valme, Aldo, Regla, Nico y muchos otros forman la tercera clase. Hijos y vi¿ctimas del lugar que formö sus caracteres, del suelo que pisan y que acaba llenando sus cabezas de ideas, que desembocan en decisiones que borran la palabra «futuro» de su vocabulario. En esta novela coral, Pablo Gutie¿rrez ajusta cuentas con el mito del narco y construye una historia magne¿tica y necesaria en la narrativa de este pai¿s.