Existe la percepción generalizada de que las empresas de familia son organizaciones desarrolladas al margen de la gran economía, y que no representan, por tanto, cifras significativas dentro de una economía nacional. Sin embargo, la realidad es otra; las empresas familiares representan un renglón de gran relevancia como generadoras de empleo, y grandes impulsoras en diversos sectores económicos. En Colombia, hacen presencia en todos los niveles y sectores de la economía nacional. Es posible hablar de empresa familiar desde el pequeño negocio de empanadas originado por una madre cabeza de familia, como respuesta ante la imposibilidad de acceder a un puesto de trabajo, ya sea por las altas tasas de desempleo o por un bajo nivel educativo que no le permite desempeñar una labor calificada. A pesar de enfrentar toda clase de dificultades, esta actividad beneficia a varios integrantes de su familia que también encuentran allí una fuente de trabajo. Así mismo, se pueden contemplar las grandes organizaciones profesionales familiares generadoras de desarrollo y riqueza, como por ejemplo: Carvajal, Arturo Calle y El Tiempo, entre otras. En Colombia, como en el resto del mundo, existe una tendencia natural muy alta hacia la creación de empresas de familia; sin embargo, se percibe gran desconocimiento acerca de los factores esenciales para lograr una adecuada gestión en este tipo de organizaciones. Además de conocer procesos puramente administrativos, es necesario que se conozcan otros aspectos originados en el ámbito de las relaciones humanas: intereses y relaciones dentro del seno familiar, el manejo del poder de los miembros más importantes de la familia, así como otras tensiones que se articulan dentro de este tipo de organización