Entre los clásicos latinos, el Arte de amar de Ovideo ha gozado simpre del favor de los lectores, lo que ha propiciado a lo largo de los siglos numerosas versiones de este texto. Sin embargo la mayoría de sus traductores han optado por realizar su tarea en prosa, ignorando así o despreciando una de las características fundamentales de esta obra: su escritura poética, en ritmos dactílicos. Juan Manuel Rodríguez Tobal, demuestra en su versión su respeto por este texto recreándolo en castellano en ritmos equivalentes a los latinos del original, lo que nos permite una lectura más cercana al estilo y los propósitos de su autor.