Que un elemento de la naturaleza como el agua dulce escasee debería ser motivo de preocupación para todos los habitantes del planeta, pero no lo es. Que el agua ahora se cotice en las bolsas de valores anuncia que en el futuro cercano nuestros páramos serán propiedad privada de unos cuantos accionistas, algo que debería preocupar especialmente a los colombianos. Y que el agua confiable para el consumo humano también se torne escasa debe-ría preocupar a los gobiernos auténticamente democráticos, pero no les preocupa como debiera. Este libro reúne a economistas, juristas e ingenieros que estudiaron el derecho humano al agua, las políticas que promueven su garantía, así como algunas inquietantes expresiones de su ineficacia y que motivan el título de la obra, Las carencias de agua potable en Colombia. Con la pandemia, estas carencias pusieron en evidencia las contradicciones discernibles desde la doctrina del acto propio, cuando las autoridades sanitarias exigieron el autocuidado higiénico mediante el lavado de manos al menos tres veces al día a todos los colombianos, entre ellos a los 7,6 millones que aún no gozan del acceso a agua confiable: ¿cómo puede un Estado que omite garantizar el derecho humano al agua exigir a sus ciudadanos la higiene personal?
Este libro aborda el tema de las carencias del agua en Colombia desde diversos aspectos como el derecho humano al agua y el ríspido debate sobre la suspensión del servicio ante la falta de pago, como si se tratara de un bien no esencial para la vida de cualquier individuo. Otro aspecto que analiza es la carencia del servicio y regulación del sector hidráulico hacia las empresas privadas que se ocupan de esta actividad, donde se observan las facilidades a las empresas privadas. Un tema relevante en el tiempo presente y que se estudia en la obra es el de la corrupción que prevalece en el sector hidráulico colombiano. Temas, todos, inmersos en un entorno mundial dominado por la pandemia de Covid-19.
El libro abarca una amplia gama de problemas que se presentan en la gestión del agua en un entorno institucional que podría parecer exclusivo de Colombia pero que dista de serlo. En efecto, en los análisis que aquí se presentan encontramos similitudes con otros países latinoamericanos, en particular con México. Lo anterior, posiblemente debido a una construcción cercana de sus entornos institucionales a lo largo de la historia en ambos países que marcan trazos comunes, caracterizados por el centralismo, la corrupción, la defensa de la inversión privada en el sector hidráulico, pocos o nulos controles y evaluaciones en el servicio que otorgan las empresas privadas, y la falta de abasto o un abasto irregular en muchas zonas, principalmente las de bajos ingresos, que en tiempos de pandemia pueden indirectamente incidir en el número de contagios por la falta de agua para lavarse constantemente las manos como lo indican la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los gobiernos locales.