Este libro discute la génesis y el desarrollo de la alienación en el plano ontológico, que explica de manera contraria a la de Hegel, como en muchos otros planos, incluyendo el económico, el social, el político, el religioso, el sexual, el educativo, etc. Muestra cómo la crisis ecológica en todos sus aspectos ¿biológico, económico, social, psicológico, etc.¿ es el resultado del acrecentamiento de la alienación a lo largo de nuestra evolución degenerativa en lo espiritual, social, etc., que la lleva al extremo en que se demuestra que la misma es un error, con lo cual se hace imprescindible, y al mismo tiempo viable, su erradicación ¿la cual daría de nuevo acceso al estado de Comunión, que haría posible la plenitud en la frugalidad y con ello el decrecimiento, así como la extinción del poder político y las desigualdades socioeconómicas en el ecomunismo (de ecológico y comunismo). Ahora bien, lo anterior no se da automáticamente: para recuperar el acceso al estado de Comunión el autor propone la práctica del dzogchén, el tantrismo y otros métodos budistas y no budistas, y para la materialización del decrecimiento y el ecomunismo, una praxis revolucionaria esencialmente no-violenta.