Son "e;pedacitos de la vida de personas que a menudo tratamos como si fueran invisibles..."e;. O de personas a quienes no sabemos valorar sufi cientemente. "e;Santos de la puerta de al lado"e;, en palabras del papa Francisco, personas que son un reflejo de la presencia de Dios. David Masobro tiene el don de contemplar desde una mirada agradecida y singular a las personas que le rodean, especialmente a las que a menudo resultan casi invisibles para una sociedad permanentemente atareada entre las prisas y el ruido que nos envuelve. Sabe mirar, sabe interiorizar y convertir en oracion la experiencia mas cotidiana. En la linea de su libro La casa de las pequenas alegrias publicado en esta misma coleccion.