El Estado por medio de la contratación está llamado a ser un dinamizador del desarrollo empresarial, de la economía, la producción y el empleo (Pachón, 2014). Sin embargo, la complejidad inherente de los procesos incluye múltiples factores que pueden o no ser tenidos en cuenta por las entidades contratantes. Para poder establecer la viabilidad del proyecto y reducir el riesgo de rentabilidad, la entidad contratante debe desarrollar estudios de mercado y análisis del sector que le permitan a los proponentes la construcción de modelos financieros ajustados a las condiciones específicas. No obstante, la complejidad en la construcción de dichos modelos, sumada a las limitaciones de personal, tiempo y recursos, afectan la efectividad del análisis realizado, poniendo en riego el cumplimiento y la rentabilidad de los proyectos. En este sentido, se requiere la definición de herramientas que faciliten el análisis de los PC y evalúen en cierta medida el grado de rentabilidad y cumplimiento, reduciendo así las limitaciones de tiempo y costos.