Un mundo de dioses, héroes y hombres surgió en los Andes peruanos alrededor del siglo XIV de nuestra era. Un Estado, el Tawantinsuyu, marcó la culminación de una organización teocrática y militarista que estableció sutiles y complejas normas. La antiquísima costumbre andina de la reciprocidad era expresión visible de un apretado tejido de relaciones humanas que agrupaba a los miembros de una sociedad cuya urdimbre no se ha podido apreciar con facilidad. Un universo de mitos, ritos y leyendas se entretejía con los hilos de la historia.Para acercarnos a comprender esa región de nuestro pasado, iniciamos hace algunos años una actividad que consistía en reuniones semanales sostenidas por un grupo formado por una historiadora, un antropólogo y tres psicoanalistas. Transgrediendo gradualmente recintos disciplinarios y superando temores, arriesgamos el encuentro. Conseguimos tolerar la incertidumbre y aceptar nuestras limitaciones. Gracias a ello podemos presentar este libro. Sabemos que desde el siglo XVI se ha escrito mucho sobre este tema; sin embargo, creemos que estas páginas tienen alguna justificación: a través de un uso disciplinado de nuestra subjetividad hemos entrevisto temas latentes que, a manera de una red inconsciente, integran una profusión de datos en apariencia discordantes. Tal, el nexo que articula este libro.Su finalidad es la de dar algunos resultados de un trabajo en el que lo antropológico y lo historiográfico definen límites, confieren rigor e intercambian interrogantes con el pensamiento psicoanalítico acerca de un conjunto de textos recogidos en los albores del contacto entre la civilización andina y los invasores europeos.Intentamos un acceso al modo de pensar andino y a sus expresiones textuales y contextuales que nos permitiese llegar a algunas de sus peculiares estructuras, es decir, una lectura interpretativa del discurso mítico-legendario e histórico andino, que tomase en cuenta la dimensión sociocultural.A lo largo del proceso fuimos seleccionando los textos y definiendo sus contextos. Dos narraciones, una referida a la formación y al primer desarrollo de las bases del Tawantinsuyu, y otra a su apogeo y esplendor, consignan en las fuentes documentales que empleamos lo que podríamos llamar la épica oficial cusqueña. Luego ingresamos al periodo de la expansión y a la catástrofe que significó, para los incas y el mundo andino en general, la conquista española. Un cuarto conjunto documental estuvo referido a un culto nativo de carácter mágico-religioso que apareció algunos años después de la conquista, sin vinculación alguna con el mundo oficial cusqueño, el Taki Onkoy, acerca del cual tenemos otro tipo de documentación: las probanzas de servicio de Cristóbal de Albornoz. Al documentar sus méritos como extirpador de idolatrías transcribió diferentes aspectos del movimiento milenarista que estalló en 1565.Nuestro trabajo, entonces, se encamina al análisis de un mito por el cual los incas dieron cuenta de los orígenes de su civilización; a la comprensión de una "saga" -situada entre la historia y la ficción intencional- que configura la épica de los señores del Cusco, y a la inteligencia de un ritual y ceremonial revivalista que emergía de los escombros del Estado cusqueño. En el periodo situado entre los acontecimientos que forman la base de la narración épica y la aparición del Taki Onkoy, ocurrió la conquista española y se produjo la compleja irrupción de la superioridad bélica, las nuevas condiciones dietéticas, el trabajo forzado y la introducción de enfermedades contagiosas que diezmaron una población indígena carente de los mecanismos de inmunidad apropiados.
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