Con Raza de bronce (1919), Alcides Arguedas inició la corriente literaria «neoindigenista», que retrata la realidad social, política, económica y cultural de los pueblos originarios de América Latina. La intención del autor es plasmar el dilema y enfrentamiento de identidades y sociedades caracterizadas por la heterogeneidad cultural.
Con un trasfondo de denuncia social es una de las primeras novelas latinoamericanas que narra la vida de los indígenas del altiplano de Bolivia.
El destacado hispanista Ernest Martinenche, profesor de la Sorbona, nos comenta de Raza de bronce:
«Los tipos que viven o vegetan sobre esta tierra, ya fecunda, ya ingrata, parecen pintados con no menor justeza: poco a poco entramos en sus miserables moradas, en sus supersticiones. Los hechos solos hablan en su impasible lenguaje, más exasperante que las protestas más violentas.»
La historia, narrada siguiendo la línea modernista, heredera del simbolismo y el realismo franceses. Se articula en torno a la resistencia, normalmente solapada, finalmente violenta, de una comunidad aymara a orillas del lago Titicaca. Los viajes y obligaciones cotidianas a los que están sometidos los indígenas por los hacendados criollos;
- los ritos y fiestas comunales,
- una historia de amor
- y unos personajes representativos,constituyen diversos escenarios.
Esta novela logra ese «conocimiento objetivo» (del medio, de la historia, de la «psicología de la raza») explícitamente formulado por Arguedas desde una perspectiva positivista.
Carlos Castañón Barrientos escribió sobre el significado literario de esta novela:
«Con Raza de Bronce se inicia la corriente literaria indigenista americana, de defensa del indio explotado, por crueles patrones blancos, dueños de la tierra, y sus empleados mestizos.»
Señor, deja que diga la gloria de tu raza,
la gloria de los hombres de bronce, cuya maza
melló de tantos yelmos y escudos la osadía:
!oh caballeros tigres!, oh caballeros leones!,
!oh! caballeros águilas!, os traigo mis canciones;
!oh enorme raza muerta!, te traigo mi elegía.
Amado Nervo
Con Raza de bronze (1919), Alcides Arguedas inició la corriente literaria denominada "neoindigenismo", donde se retrata la realidad social, política, económica y cultural de los pueblos originarios en América Latina. La intencionalidad del autor es plasmar el dilema y enfrentamiento de las identidades y sociedades caracterizadas por la heterogenidad cultural. Con un trasfondo de evidente denuncia social, Raza de bronce es una de las primeras novelas latinoamericanas que desarrolla el tema de la vida miserable de los indígenas del altiplano de Bolivia. A pesar de que Arguedes tiene una clara pretensión de reflejar esa realidad, su narrativa se caracteriza por un fuerte componente lírico o mítico.
El destacado hispanista Ernest Martinenche, profesor de la Sorbona, nos comenta de Raza de bronze: "Los tipos que viven o vegetan sobre esta tierra, ya fecunda, ya ingrata, parecen pintados con no menor justeza: poco a poco entramos en sus miserables moradas, en sus supersticiones. Los hechos solos hablan en su impasible lenguaje, más exasperante que las protestas más violentas".
Señor, deja que diga la gloria de tu raza,
la gloria de los hombres de bronce, cuya maza
melló de tantos yelmos y escudos la osadía:
!oh caballeros tigres!, oh caballeros leones!,
!oh! caballeros águilas!, os traigo mis canciones;
!oh enorme raza muerta!, te traigo mi elegía.
Amado Nervo
Con Raza de bronze (1919), Alcides Arguedas inició la corriente literaria denominada "neoindigenismo", donde se retrata la realidad social, política, económica y cultural de los pueblos originarios en América Latina. La intencionalidad del autor es plasmar el dilema y enfrentamiento de las identidades y sociedades caracterizadas por la heterogenidad cultural. Con un trasfondo de evidente denuncia social, Raza de bronce es una de las primeras novelas latinoamericanas que desarrolla el tema de la vida miserable de los indígenas del altiplano de Bolivia. A pesar de que Arguedes tiene una clara pretensión de reflejar esa realidad, su narrativa se caracteriza por un fuerte componente lírico o mítico.
El destacado hispanista Ernest Martinenche, profesor de la Sorbona, nos comenta de Raza de bronze: "Los tipos que viven o vegetan sobre esta tierra, ya fecunda, ya ingrata, parecen pintados con no menor justeza: poco a poco entramos en sus miserables moradas, en sus supersticiones. Los hechos solos hablan en su impasible lenguaje, más exasperante que las protestas más violentas."